Hace tiempo que vengo
comprobando que el sentido del gusto y la estética no es algo estable.
Varía con el tiempo, con la
edad, con el ambiente, con las circunstancias.
De niña me llamaban la
atención y me encantaban cosas que hoy me parecen espantosas y al revés,
ahora hay otras, que de niña y no tan niña me parecían feas y a estas alturas me gustan.
Sin embargo hay algo no sé
si interno o aprendido, que se mantiene a pesar del paso del tiempo y es la
atracción y la repulsión hacia ciertos colores.
Sigo encontrando preciosos los tonos pálidos, los
muy claros y los llamativos.
Y siguen sin gustarme lo más
mínimo los colores apagados.
Por más que ahora se los
llame neutros y por mucho que me los metan por los ojos, no me convencen.
Y hablando de colores
apagados si hay uno que se mantiene en los últimos años, sin importar la
estación en que estemos es el caqui.
Desde las parcas en forma de
guerreras que empezaron a proliferar cuando abrí el blog en 2014, a la línea
SPRLS de Zara que según parece, está triunfando en toda regla, la estética y el
color militar por excelencia vuelven por sus fueros año tras año.
Y por más que estén en todas
partes, a mí no me acaban de convencer.
Por eso no acabo de entender
la razón por la que este mono de la temporada de verano de Zara, está en mi
armario.
Quizá porque lo más visible
son las flores rojas, quizá porque el estampado tropical lo aleja por completo
de la imagen polvorienta y sudorosa de la ropa de campaña. O quizá porque a Julián le llamó la atención cuando haciendo tiempo en el aeropuerto entramos en Zara.
El
caso es que resulta cómodo y por aquello de que conviene no cerrarse en banda, me
lo pongo y hasta lo enseño en el blog. ¡Contradicciones!
Mono: Zara Aquí
Mochila: Zara Similar, aquí
Zapatos: Mango (verano 2018)